Unidad II Muscular
La unidad motora es la que emite el impulso que en último término hace que la fibra muscular se contraiga lo que quiere decir que conduce los impulsos del cerebro y la médula espinal hacia los efectores (músculos). La neurona motora y el conjunto de todas las fibras musculares a las que estimula constituyen una unidad motora.
Contracción Muscular
Una contracción muscular es un proceso fisiológico desarrollado por los músculos cuando, según la tensión, se estiran o se acortan. Este proceso está controlado por el sistema nervioso central y permite producir fuerza motora.
Gracias a esta fuerza motora, los músculos superiores pueden desplazar el contenido de una cavidad a la que recubren (lo que hacen los músculos lisos), mover el organismo a través del medio o movilizar otros objetos (músculos estriados).
Además de todo lo expuesto, es importante que sepamos que existen situaciones que generan modificaciones o alteraciones en lo que es la contracción muscular. En concreto, entre las más significativas situaciones de ese tipo se encuentran las siguientes:
• Rigor mortis. Este término es el que se emplea para referirse a la rigidez que experimentan los músculos de una persona que ha fallecido. En concreto, aquellos se volverán absolutamente rígidos entre las tres y cuatros horas después de que el individuo haya muerto y se mantendrán así durante un día entero.
• Atrofia muscular. El no ejercitar los músculos, como le ocurre por ejemplo a los enfermos que pasan mucho tiempo en cama, es el principal motivo que genera esta mencionada situación que consiste básicamente en que el músculo no sólo disminuye su tamaño sino también su fuerza.
• Rigor mortis. Este término es el que se emplea para referirse a la rigidez que experimentan los músculos de una persona que ha fallecido. En concreto, aquellos se volverán absolutamente rígidos entre las tres y cuatros horas después de que el individuo haya muerto y se mantendrán así durante un día entero.
• Atrofia muscular. El no ejercitar los músculos, como le ocurre por ejemplo a los enfermos que pasan mucho tiempo en cama, es el principal motivo que genera esta mencionada situación que consiste básicamente en que el músculo no sólo disminuye su tamaño sino también su fuerza.
Es posible distinguir entre las contracciones voluntarias (controladas por el cerebro) y los reflejos involuntarios (que dependen de la médula espinal). Los músculos estriados se contraen de manera voluntaria a partir de un esfuerzo conciente originado en el cerebro. Las señales cerebrales se dirigen por los nervios hasta la neurona motora que estimula la fibra muscular. Las contracciones musculares involuntarias, por otra parte, se originan en la médula espinal mediante un circuito con la materia gris.
Otra clasificación de las contracciones musculares nos permite referirnos a las contracciones isotónicas (cuando las fibras musculares se contraen y modifican su longitud), las contracciones concéntricas (el músculo se acorta y movilizan una parte del cuerpo para superar la resistencia) y las contracciones isométricas (el músculo permanece estático pero genera tensión), entre otras.
Concretamente, tendríamos que establecer que dentro de las contracciones isotónicas, de igual tensión, existen dos tipos claramente diferenciados: las concéntricas, que ya hemos explicado, y luego están las excéntricas, que se definen por el hecho de que en ellas lo que hace el músculo es alargarse. Esta situación última se produce porque la resistencia es mayor que la tensión que es ejercida por el propio músculo.
Relajación Muscular
Se conoce como relajación muscular a lo que ocurre cuando la contracción de un músculo finaliza. De este modo, la relajación implica que las fibras regresan a su lugar original como consecuencia del término de un impulso nervioso.
Para comprender este concepto, hay que conocer cómo funciona el proceso de contracción muscular. Los músculos, a partir de un estímulo, adquieren una cierta tensión que los lleva a estirarse o a acortarse y que permiten generar una fuerza motora. También existen las contracciones involuntarias
sarcomero
El sarcómero es la unidad anatómica y funcional del músculo estriado. Se encuentra limitado por dos líneas Z con una zona A (anisótropa) y dos semizonas I (isótropas).
Está formado por actina y miosina. La contracción del músculo consiste en el deslizamiento de los miofilamentos finos de actina sobre los miofilamentos de miosina (miofilamentos gruesos), todo esto regulado por la intervención nerviosa y la participación del calcio.
En la banda I del sarcómero pueden distinguirse los filamentos de actina (filamento fino) que nacen de los discos Z, donde existe la alfa actinina, que es la proteína que une la actina y la titina. Esta última es una proteína elástica (la más grande del organismo), y posee dos funciones:
- Mantiene a la miosina en su posición.
- Debido a que tiene una parte elástica, actúa como resorte recuperando la longitud de la miofibrilla después de la contracción muscular.
En la banda A del sarcómero se encuentran los filamentos de miosina, responsables de la contracción muscular.
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